miércoles, noviembre 14, 2007

Aquel sueño fugaz... en un mundo discontinuo


Una noche infinita... solo eso necesitábamos,
Y precisamente eso... no podíamos tener,
Algo sabía que nuestro instinto seria más fuerte...

Cuando la noche apenas empezaba a bosquejar a lápiz aquellas pequeñas estrellas, mis ojos se rendían ante tu voz, que tan calida salía de tus labios.
Que pensarían aquellos viejos dioses de arena blanca... sabiendo que daría hasta mis creencias por tenerte a mi lado, Que pensarían... sabiendo que caminaría a tientas por oscuros callejones hasta encontrarte, Que pensarían si me confinara al olvido por temor a no abrazarte.

Que pensarían aquellos viejos héroes tallados a mano, si te dejara escapar por un temor ya olvidado... Y las princesas que me dirían si mi príncipe se ha marchado?

Son tantas las cosas que me reprocharían el no tenerte a mi lado, que es casi imposible, que en mis vidas pasadas nunca te haya encontrado... y es que pasas tan espontáneo y dejas todo de ti, pasas sin pasar y permaneces en mi... como una sombra, como un olor, como el sonido de aquella ilusión, como un destello naranja de un sueño hecho realidad, como el aura indifuminable de un caminante fugaz.